miércoles, 16 de septiembre de 2015

El tren de la vida

¡Cómo me gustaría viajar en un tren por todos los lugares del mundo¡ Conocer gente de otros pueblos. Saber cómo piensan de nuestra propia existencia  ¿Que  hacemos para enmendar nuestros errores? Pero me temo que eso no es posible, al menos para mí. El tren en el que viajo, es el de la prisa. A veces pienso que la vida se me escapa que va pasando delante de mí, de prisa muy de prisa. El tren en el que viajo no la puede alcanzar, mucho menos retenerla junto a mí, ni un solo momento. Hoy me siento como un viajero que ha bajado de él, en un lugar que no me corresponde. Éste marcha ya sin poder darle alcance, perdiéndose en la lejanía.
Ahora me encuentro, como si una parte de mi vida marchara en ese tren, que ya ha cruzado el horizonte de un atardecer.  Me veo subido en un tren que no me corresponde, con destino a ninguna parte.
Me pregunto ¿Si pudiera subir de nuevo otra vez a ese tren de la vida, viajaría  lleno de fuerza y vida, para alcanzar el horizonte de  un nuevo amanecer?

                                  J. G. M


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