jueves, 6 de agosto de 2009

ENTRE OLIVOS

Aquella noche la luna brillaba con más fuerza.
El sol ya oculto tras el horizonte,
todo era diferente, me parecía estar
viendo por primera vez aquel cielo
lleno de estrellas brillando en el firmamento.
¡La luna redonda como una gran bola blanca¡
Junto a mí su cuerpo resplandecía blanco
como el nácar, yo la contemplaba,
sin saber lo que pasaba, sus ojos brillaban
bajo la luna cuando me miraban.
Mi cuerpo temblaba entre las ramas
de los olivos, movidas por el viento,
medaba escalofrío de verla entre mis brazos,
prometiéndome su amor, que la quisiera
esa noche me decía, si esto es un sueño
quiero seguir soñando, que no llegue la mañana.

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